Encuentro literario con el autor Luis Matilla. La semilla oculta de las Manzanas Rojas

 

Me empapaba de letras en clase. Manzanas Rojas se llamaba aquel libro. Libro, el cual trata de los conflictos entre Israel y Palestina.

Yo, al ver la portada de aquel libro, solamente obedecí y traté de leerlo como nos indicaba nuestra profesora pero, una vez terminado, perdí aquella visión que obtuve en un principio. Muchas más cosas recorrían mi cabecita, muchas cosas que pretendía averiguar.

El mensaje inicial de la historia no era difícil de ver, era obvio. Mientras, mis dudas se arrinconaban en lo más profundo de aquellos párrafos. No solo presto atención en unos jóvenes que intentan salvar su amistad; yo veo problemas que podríamos tener todos, en cualquier parte del mundo. Conflictos mentales, pérdida de la realidad, cambio de conceptos, desesperación y súplica de ayuda. Yo quería saber si todo eso que veía, realmente lo quería transmitir y, días más tarde, lo pude averiguar.

Acompañada de mis compañeros de clase de 3º de ESO, fui a la Biblioteca Pública Provincial de mi localidad y pude conocer al hombre que escribió aquella obra. Parecía un hombre interesante; nos habló sobre su inicio en el teatro y la escritura, respondiendo así a las dudas que tenían mis compañeros. Ya quedaba poco tiempo, pero en el último momento, tuve mi oportunidad de oro. Alcé mi mano y, al ver su mirada dirigida a mí, comenté mi gran cuestión; pregunté si él pretendía enviar algún mensaje entre líneas, a lo que me respondió preguntando si yo había percibido algo. No sabía muy bien cómo comenzar; al principio me trababa mientras hablaba, pero tras pronunciar las primeras palabras, bajé mi vista al suelo y al instante la levanté de nuevo, clavando mis ojos en él. Empecé a hablar de nuevo; dije que yo no creía solo que aquel muro del libro fuera una simple pared, podría representar las ideas que te metes en la cabeza y los conflictos que hay en ella contradiciéndose; dije que la canica que el protagonista se colocaba frente al ojo, podría ser una vista errónea del mundo, como podía ser la anorexia, y también dije que Yehá podría ser un intento de autoayuda, una súplica de apoyo y cariño que necesita y no está ahí.

Esperé una respuesta. Él me miraba sorprendido, o eso parecía. Comenzó a hablar. Decía que esos conceptos los ve un lector; son cosas que cada uno percibe, cosas que son maravillosas de percibir y que no todos perciben. Según él, era una manera muy inteligente de leer. Me agradeció mucho el haber compartido mi visión de su libro con él y yo le agradezco haberme escuchado y respondido a mi cuestión.

Espero poder escuchar de nuevo sus palabras y espero compartir de nuevo mis opiniones.

Lucy Palma

Encuentros Literarios (2019) Luis Matilla

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