REVIEW DE PUN PUN


``El Fin de la Inocencia´´

Es curioso cuando un manga que a primera vista parece tan infantil y mediocre acabe siendo una obra tan compleja, triste y atractiva como lo hace Pun Pun. Muchos pensaréis que es un simple cómic más solo que enfocado a niños y menores, pero lo que muestra va más allá que una simple historia de niños. Pun Pun esconde un mensaje tan complicado de entender que se encierra en una narrativa al principio cómica e inocente, pasando a caótica y melancólica con puntos y tropos sólidos basándose en la evolución. Inio Asano hace un gran trabajo a la hora de presentarnos a los personajes, pero sobre todo sus matices, pues cada uno simboliza una filosofía, una inquietud o una depresión que lleva al lector a identificarse al máximo. Es impresionante cómo puede abarcar tantos temas solo con veinte tomos, que a su vez describen las cuatro etapas de crecimiento de Pun Pun y cómo a medida que crece se oscurece, se transforma y cambia a algo muy distinto de lo que era; simplemente sus colores se apagan… 

Esa es la belleza de este cómic. La evolución y estudio de personajes es magnífico, refrescante y muy necesario en la construcción de la narrativa porque el universo de Pun Pun está compuesto por personas. Aquí no ves luchas épicas de poder como en “Juego de Tronos” o una acción exagerada como en “Batman”; aquí ves a PERSONAS, y eso es algo que hay que recalcar. Supongo que más de uno habrá querido llorar alguna vez y desahogarse con tranquilidad frente a algún problema o situación, pero como todos sabemos en esta sociedad todavía se ve mal llorar en público (porque todavía vivimos en el Paleolítico, donde llorar era un acto de débiles y despreciables). Pero aquí no, aquí los personajes son humanos y no tienen ningún miedo a mostrarse al lector y, eso, damas y caballeros, es hacer un buen guión. Quienes hayan leído Batman Akham Assylum sabrán lo mucho que me fascinan los personajes complejos, con inseguridades o baja autoestima porque tratan de ser un reflejo de nosotros mismos. Esa conexión con el mundo da como resultado inmersión, y con la inmersión obtienes la atención del lector, lo que vuelve la obra en algo más personal.


Pasando a la trama, Pun Pun es un niño que va a Primaria en Japón, pero en el cómic es representado como un pato, al igual que toda su familia. Esto da a entender dos cosas: la primera y más obvia, Pun Pun se avergüenza de su disfuncional familia y, la segunda, que se avergüenza también de sí mismo. Muy pocas personas entenderán lo que esto implica, porque estamos hablando de un niño de siete años con una autoestima destrozada y la inocencia en la cuerda floja, y es ahí donde entra Aiko, que es el interés amoroso de Pun Pun y considero que es otra alma que vaga sin rumbo al igual que él. El problema es que Aiko posee muy poca oscuridad, no llega al nivel de Pun Pun, donde sus demonios interiores empiezan a devorarlo desde temprana edad. Aquí Aiko es el espejo y único apoyo del protagonista, lo único que sostiene su cordura, esa cadena que le impide caerse a su propio abismo. Ambos viven con heridas, pero su unión los ayuda y sana, porque ambos son iguales, se avergüenzan de sus familias y de ellos mismos y es una visión del ser humano muy cierta. Porque a día de hoy el índice de depresión en los jóvenes sigue en aumento y obras como esta explican con todo lujo de detalles lo que es ese vacío… es sencillamente increíble.

Las únicas amistades de Pun Pun son algunos miembros de su clase con los que se junta y un ente imaginario que él denomina Dios, y es aquí donde quiero centrarme. Pun Pun es la reconstrucción de la vida e historia del hombre, porque en términos estrictos el ser humano nace muy inocente y sensible; es por ello que se forman creencias como los amigos imaginarios (no digo que la religión sea una tontería ni mucho menos) solo quiero decir que durante el cómic, el personaje de Dios hace poca cosa por ayudar a Pun Pun, como mucho lo escucha, pero no le revela ciertas cosas o le niega información hasta el punto en el que tiene que gritar al niño que deje de estar tan interesado en sus preguntas. Esto es una fractura total entre estas dos entidades. A medida que Pun Pun evoluciona, nota cómo Dios se aleja de él o le habla menos y eso es el inicio de un principio nihilista. Si Dios mata y niega al hombre, ¿qué impide que mate o niegue a sus semejantes? La idea de tener a un Dios como figura maléfica dice mucho de las intenciones de la obra, mostrar cómo la inocencia muere con la imaginación, y el único color que queda en la amarillenta piel de Pun Pun es el negro, porque quiere demostrar vacío, quiere mostrar locura y, aún más delatador si cabe, quiere mostrar miedo.

Pun Pun en lo que a mí respecta es alguien tan roto y tan atormentado por sus propios pensamientos e inquietudes que reniega de Dios, reniega de la sociedad y reniega de la ética, solo para formarse en su mente una indiferencia y frialdad como nunca, hasta que Aiko aparece e intenta curar su locura. Personajes tan complejos y neutrales como estos solo los he podido ver en “La Naranja Mecánica” de Stanley Kubrick (la recomiendo, es un peliculón) y en “Dark Souls”, aunque ambos pertenezcan a otros géneros artísticos, en este caso película y videojuego respectivamente. Tienen la misma intención, mostrarte un mundo gris y en cómo nos debatimos por aferrarnos a un ideal o sucumbir ante la oscuridad; es una reflexión preciosa y una filosofía impresionante, muy bien estructurada y con unos matices que potencian la atención en la obra. 

No creo que haya que explicar más; Pun Pun es tan compleja que, al igual que en “Arkham Assylum”, es muy difícil entenderla sin leer, así que yo particularmente la recomiendo siempre y cuando sea para un público que sepa controlarse; en estas hojas, las lágrimas caen con una facilidad impresionante. 

En fin, muchas gracias por leer. 
Escrito por: Daniel Limón (3º ESO)

Comentarios

Entradas populares